miércoles, 22 de agosto de 2012

Haz que cada mañana salga el sol.

Crónica del libro 


Por MariaJe López

Sorprendente el pragmatismo y la agudeza de Arancha Merino en este manual interesantísimo y revelador que nos desenmascara ante el espejo. En un lenguaje inteligente y con claridad expositiva, pone orden en el recorrido, y aumenta el potencial didáctico con frecuentes recapitulaciones de lo esencial, dentro de un texto ya de por sí magro, exento de paja.

La autora nos acompaña en la selva ignota de nuestras emociones, y a golpe de machete despoja de artificios e impedimentos el camino más directo y vital hacia la armonía interior. Nos brinda su mirada ágil y perspicaz, desde la que podemos comprender de forma casi intuitiva la esencia de las emociones y sus derivados. Nos ofrece palabras clave para reconocerlas y nos propone cómo gestionarlas en una síntesis alquímica simple y posible. Establece relaciones entre ellas desde un enfoque creativo que colabora eficazmente a reconocerlas en carne propia y ajena. Cito aquí, por poner un ejemplo, el binomio tristeza-lentitud, en el cual queda confirmada mi experiencia personal: en el ralentí de esta emoción he hallado la nitidez que precisaba para avanzar.

Arancha también alude a contrapuestos: emoción verdadera VS emoción falsa. Nada es lo que parece. Acompaña esto con un interesante mapa de los sentidos, poco utilizado, y que sirve de orientación en este campo emocional, descubriéndonos así otras herramientas de aprendizaje y captación.

Empeñada en potenciar el carácter práctico de su libro, la autora nos presenta sus enseñanzas en cuadros esquemáticos y ejemplos tomados de la vida cotidiana, extremadamente reconocibles.

Después de leer este libro, se comprende mejor la gran fuerza, sabiduría y originalidad de su autora, pues su obra también nos habla de ella; entre líneas adivinamos el proceso de su propio aprendizaje, y también de su experiencia profesional. Arancha es, sin duda, y citando una metáfora que incluye en su libro, “un águila en su segunda etapa”. Pero por encima de todo, lo que se advierte al leerla es su gran humildad.

Mi experiencia personal en su amistad, en número de días resulta exigua, pero de alta calidad. En ningún momento la he visto haciendo ostentación de sus grandes dones. Eso no quiere decir que los oculte. Los lleva sobre sus hombros como una prenda antigua y querida que proporciona abrigo y confort.

Larga vida al águila y a su criatura, y hagamos al alimón un mundo diferente, en el que cada mañana salga el sol para todos.

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2 comentarios:

  1. Estoy ojenado poco a poco, como a mi me gusta, tu blog. Como sigas diseccionando libros de esta forma temo arruinarme, económicamente, en su compra. Este de Arancha lo pongo ya en mi lista, ahora que me encuentro en una etapa de voraz lectura en la que me he prohibido la paja.
    Saludos,
    Tucho

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  2. Pues este tiene poca. Que lo disfrutes, Tucho.

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