jueves, 29 de noviembre de 2018

Por Caridad en Madrid: crónica de la presentación.




Mariaje López entrevistada por el periodista y escritor Carlos Augusto Casas


Madrid, 26 de noviembre de 2018, 19:30. Librería Cervantes y Compañía de la Calle del Pez. Allí sucedió, allí estuvimos. Llenábamos el amplio local y teníamos interés en llenar la tarde de contenido. Que nadie se fuera de allí pensando que había perdido el tiempo. Lo conseguimos. Todos; nosotros y el público asistente, porque aquello muy pronto se convirtió en un todo. Por eso al final, el turno de preguntas se convirtió en coloquio. Por Caridad se había metido en el corazón de los asistentes. Eso se respira.

Miguel Ángel de Rus comenzó el acto con una breve presentación. Le siguió un video de tres minutos impregnado de la nostalgia que recorre las primeras páginas de la novela, añoranzas de una infancia decapitada entre los muros de una cárcel para niñas:

martes, 13 de noviembre de 2018

Un restaurante en la costa


Microrrelato que leí en el programa de RNE Sexto Continente, dirigido y presentado por Miguel Ángel de Rus, hace un par de semanas.

Restaurante Gastromar - Hotel Vistabella (Rosas)

De recién casada, estuve trabajando unos meses de camarera en el pequeño restaurante que mi exmarido había alquilado en una localidad de la Costa Brava. Lo frecuentaban turistas alemanes, cuya lengua mi pareja dominaba a la perfección. 

Un día vinieron a comer los componentes de un grupo de rock teutón, y tuve que atenderles yo. Hablaban en su idioma, sin dejar de mirarme con gesto malicioso y risueño. Supuse que estaban diciendo obscenidades, y como mi marido era celoso, decidí pasar del tema y hacerme la despistada. Mi cónyuge salió de la cocina a tiempo de escuchar la última frase. Ni que decir tengo que se armó la de San Quintín, o en este caso, la de Nördlingen, con metralla de espaguetis añadida. 

Menos mal que la sangre no llegó al mar. No puedo decir lo mismo del tomate.



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viernes, 9 de noviembre de 2018

El artista octogenario


El artista octogenario se remueve en el lecho, febril y moribundo. Por deseo suyo el tocadiscos reproduce una y otra vez la misma canción: La mer, de Charles Trenet...





Sueña despierto con esa playa, sesenta años atrás... 

La mira a ella, su cuerpo liviano y desnudo clavado en la arena, la piel bronceada que lo abraza, su voz que le jura que ya no se separarán nunca, que será su inspiración para siempre. La mira y es fulminado por su mirada voraz sin cortapisas. Se confirma enteramente suyo, la confirma enteramente su dueña: “Serás mi mayor triunfo y mi peor castigo”. 

Estará siempre en esa playa, abrazado a su musa, cegado de sol, e infinitamente vivo. 

La canción termina, y comienza de nuevo. Entregado a la persistencia de la memoria, Salvador Dalí duerme su penúltimo sueño.


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martes, 6 de noviembre de 2018

Almedinilla, Beatricia, y el Wasqha Festival VI edición





Entre montes, grandes peñascos y olivares, nos acogió Almedinilla recién llegados desde Madrid, con una pequeña escala en Priego de Córdoba donde teníamos el hotel. José Manuel Muñoz Serrano me animó a participar en el VI Festival de Arte Emergente Wasqha, y la organización estuvo de acuerdo. Además de vestir a Beatricia otra vez de gala para ser presentada ante el público nuevamente, el aliciente de poder conocer al fin en persona a mi amigo escritor, convertía este viaje en algo doblemente atractivo. 

Paco y yo no solo quedamos impresionados por la belleza del lugar, sino también por sus gentes y por la increíble vida cultural que mantiene esta población, envidia —esperemos que sana—, de otras con más perímetro y habitantes. Hemos contemplado muestras de arte clásico y cultura de vanguardia que no desmerecen en nada de las que pueden verse en las grandes capitales. 

El mismo viernes, nada más llegar, asistimos a la presentación conjunta de una serie de artistas plásticos, entre la muestra se encontraban los dibujos de José Manuel Muñoz, que el día anterior había presentado en la Biblioteca Municipal su última obra: En días de cielo gris. Me la traje dedicada, por supuesto, y con él se quedó, también dedicada, Por Caridad. Tanto José Manuel como los demás artistas que exponían, fueron presentando sus trabajos, muchos de ellos bellísimos, y otros, que no buscaban primordialmente la belleza, interesantes. Y después nos fuimos a tomar una cerveza hasta la hora del espectáculo inaugural, que nos volvió a sorprender con la performance de Tarha Erena, poeta, escritora y actriz, y el buen hacer interpretativo de Laquerencia Producciones y su obra ¿De qué viven los artistas?

lunes, 15 de octubre de 2018

Ante la inminente publicación de Por Caridad, algunas precisiones.






Por Caridad es una obra de ficción basada en hechos reales. He de reconocer que esta frase siempre me ha parecido truculenta. ¿Pero cuánto de ficción y cuánto de realidad? Y sobre todo: ¿Qué es ficción y qué no? Te podré dar alguna pista y decirte sin titubeos que lo verídico supera el 80%, y que no llamaría estrictamente ficción al 20% restante; considéralo aquella parte de la realidad de la que tengo conocimiento sin ser testigo directo. Caben en esta mínima reserva narrativa, trazas de ficción, lo cual, insisto, no afecta a la veracidad de lo sustancial del relato. 

No es mi intención herir sensibilidades; por el contrario deseo respetarlas todas sin menospreciar la propia. He tardado muchos años en ponerme a escribir la novela. Cumplo pues, a instancias de mi conciencia, con un mandato largamente aplazado. No siento ya rencor ni amargura, por más que estaría en mi derecho de sentir ambas cosas. Quedan los recuerdos teñidos de tristeza. Y sé bien a qué me refiero cuando hablo de esta emoción; no en vano escribí Beatricia. La tristeza es el dolor de la pérdida; de lo irremediable, la pena por aquello que perdimos o que nos fue arrebatado, y en muchos casos no puede ya ser restituido. Hay otro dolor, otra condena que acompaña siempre al superviviente de una verdad incómoda: la de no ser creído. O la de saber que dice la verdad, y negárselo. Esto último, además de un agravio, es encubrimiento. 

Pues bien, si por ventura tuviese yo alguna facilidad para trasladar al papel hechos y sentimientos, habría de poner tal cualidad al servicio de otras mujeres que no se sienten con fuerzas, o que equivocadamente se avergüenzan de proclamar su verdad. Nadie debe juzgarlas, pues ya se las condenó sin juicio, y se profanaron sus mentes para que asumieran una culpa y una vergüenza que no les pertenecían. 

La otra cuestión que he de subrayar, porque amo la equidad; es hablar de lo que conocí y viví años después, durante mi etapa de creyente. Fueron tiempos en los que me desvinculé del credo infantil, profundicé en el estudio de mi fe, y colaboré en la marcha de mi parroquia. Conviví con algunas de las personas más extraordinarias que he conocido, algunas de ellas siguen formando parte fundamental de mi vida. En ese tiempo de compromiso fui testigo de los pecados de la Iglesia, pero también conocí sus virtudes. Instituciones eclesiales como Cáritas Internacional —por citar un ejemplo—, siguen mereciendo mi credibilidad y respeto. Me consta lo que hacen y cómo lo hacen, y la voluntad sincera que las mueve. 

Volviendo a la novela, confieso que no ha faltado quien intentara disuadirme de publicarla. Aquí está; que la lea quien quiera, y que la ignore quien no; en lo que a mí respecta, quedo en paz. 

Por Caridad, y por todas las que fueron y siguen siendo mis hermanas, estén donde estén.



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jueves, 11 de octubre de 2018

Mi tío Pepe, la memoria de un tiempo.





Hace dieciocho años enterró a su única hija, a su primer nieto, que se había criado a su sombra, y a su yerno. Los tres perecieron en un trágico accidente de forma instantánea. Los dos hijos menores, uno con diecisiete años, y el otro con siete, quedaron bajo su tutela y la de su esposa, mi tía Nieves. Dicho suceso sacudió a mucha gente, además de la familia, pues mis tíos eran muy conocidos. 

Mi tío Pepe era el menor de cinco hermanos, todos fallecidos. Mi padre fue el primero, murió muy joven, a los treinta y cuatro. Ya solo quedaba el pequeño, con el que siempre tuve una afinidad especial. El tío Pepe tenía fama de gruñón, y se la sabía ganar a pulso; pero yo había descubierto desde la infancia su lado fascinante. Su sed de conocimiento, alimentado por él a su escala y posibilidades, me marcó el camino de por vida. Había un resquicio oculto, bañado en candor, que solo asomaba en sus escritos, y capaz de asombrar a quienes lo leyeran, sobre todo si eran propios. Me refiero a los escritos (pocos) que hizo para niños, como el cuento que escribió a sus primeros dos nietos, ya que el tercero tardaría aún diez años en llegar. 

Hoy venimos de enterrarlo a él, ya octogenario. Un octogenario vital y apasionado, como lo fue hasta el fin. ¿Sería esa nuestra conexión fundamental? Esa, y la curiosidad. Leí el Quijote en mi juventud por cómo me describía él su experiencia lectora. Lo releía una y otra vez, ávido de aprehender sus claves. Pidió que lo enterrasen con el libro, y así se ha hecho: lo llevaba al partir en el viaje final, a sus pies. Antes de colocar la lápida, yo arrojé mi bolígrafo a su tumba. A mi tío le gustaba escribir, y lo necesitaba. Era su tabla de salvación cuando la memoria de sus muertos lo arrastraba al abismo. 

Me deja un gran vacío, y escribo esto con lágrimas en los ojos y pena en el corazón. Se sabía deudor de las faltas cometidas, y procuró enmendarlas. Para algunas cosas que nos reprochamos cada cual, a veces ya es demasiado tarde, y solo nos queda aprender de los errores e intentar perdonarnos. Ignoro si él lo logró. El que esté libre de culpa, que tire la primera piedra. 

Llamo a mi editorial y pregunto que si estamos a tiempo de añadir una dedicatoria en mi nuevo libro, pero llego tarde, ya está imprimido. Me digo que le dedicaré la presentación, entonces. 

Mi tío era un tanto terco, y pienso, que por una razón fundamental: pensaba por sí mismo. Nunca aceptó nada que le dieran masticado. Eso debe crear una especie de fortaleza en torno a las propias convicciones, sean acertadas o no. 

Es extraña la muerte, por más que se imponga como lo más natural del mundo. Un instante acaricias una mejilla tibia, contemplas unos ojos que te miran, escuchas una voz anclada en tu historia, estrechas una mano familiar... y al instante siguiente no queda nada. Un cuerpo que ya no es la persona que conocíamos y amábamos. Es extraña la muerte. 

Quizá, tal vez me equivoque, fui una de las pocas personas que tuvieron contacto con sus luces más que con sus sombras. Unas sombras que todos tenemos, pero que en las personas de carácter, destacan mucho más que las luces. Por eso el vacío que me deja su marcha solo podrá llenarlo el recuerdo de aquellas cosas que compartíamos. 

Sé que nunca lo olvidaré, porque me dejó una huella profunda encaminada a la curiosidad infinita, al pensamiento propio, a una idea elevada de la autoconciencia de la dignidad. Y muchas otras cosas que iré redescubriendo a medida que la memoria las rescate.     

martes, 9 de octubre de 2018

Microrrelato: El enigma Blancanieves




(Microcuento histórico, que leí en el programa Sexto Continente de RNE, hace dos sábados). Puedes escuchar el programa aquí.

El enigma Blancanieves 


El pequeño Alan abandonó el cine fascinado con aquella Blancanieves de Walt Disney. Desde entonces, cada vez que le daba el primer mordisco a su manzana de antes de dormir, pensaba en la bella.

Alan se hizo mayor, fue un genio de las matemáticas, padre de la informática, y gracias a su ingenio para descifrar la máquina Enigma de los nazis, se salvaron más de catorce millones de vidas.

Cuando años más tarde la policía descubrió su cadáver, envenenado con cianuro, sobre la cama, y vieron la manzana mordida en la mesilla, no lo dudaron: Alan Turing se había suicidado. Incluso sus amigos lo tomaron como un último acto poético dedicado al personaje que le había hechizado en su infancia.

A nadie pareció extrañar, ni se consideró seriamente, que en la libreta que estaba junto a la manzana, el científico se hubiera tomado la molestia de escribir una lista con todo lo que tenía que hacer el fin de semana.

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martes, 25 de septiembre de 2018

Consumo natural (Microrrelato)

Microrrelato que se leyó el sábado pasado, 22 de septiembre, en el programa Sexto Continente de RNE que dirige y presenta Miguel Angel de Rus.


Imagen: https://tustratamientosparaelcabello.com

El magnate montó en cólera durante el visionado del programa piloto de Consumo Natural, patrocinado por su marca de productos para el cabello, líder de ventas en supermercados. El contenido le pareció una tomadura de pelo, nunca mejor dicho. Llegó a palidecer de ira cuando el presentador, un talento emergente, desenrolló la toalla que envolvía el cráneo de la joven voluntaria del experimento, y se derramó sobre sus hombros una cascada de cabellos largos, sedosos e impolutos, después de ocho semanas sin lavarse la cabeza.
—La naturaleza se basta para conservar el pelo sano y limpio; compruébenlo ustedes mismos.

El magnate abandonó el plató sin pronunciar una sola palabra, y el nuevo programa jamás llegó a emitirse.

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sábado, 22 de septiembre de 2018

Neoproverbios domésticos: De intenciones.

De intenciones:

Disculpa antes al que yerra por atolondrado, y guárdate en cambio de la ira del bueno e intachable, porque sabe lo que hace. 



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jueves, 13 de septiembre de 2018

¿Qué sabe usted del amor?



Carlos Alsina, periodista y actualmente director del programa "Más de uno" en ONDA CERO


¿Qué sabe usted del amor?

La pregunta se la hizo ayer por la mañana Carlos Alsina a sus numerosísimos oyentes. Y entre las respuestas, salpicó tres entrevistas sobre la marcha a quienes se suponía más enterados que el resto, por aquello de sus quehaceres profesionales. Creo recordar que un psiquiatra, un antropólogo, y la escritora de superventas de novela romántica, Megan Maxwell, que ofreció su particular opinión sobre  el tema, y estuvo bastante divertida, he de decir... y escéptica. El antropólogo habló de reacciones físicas, y el terapeuta se fue, más que por los cerros de Úbeda, por las montañas del Tíbet.  

jueves, 6 de septiembre de 2018

Beatricia: Capítulo 3 —El abismo del ángel—


A manera de pequeño regalo, iré poco a poco dejando aquí el prefacio y los tres primeros capítulos de Beatricia, con ánimo, no lo niego, de incitarte a proseguir el viaje.



CAPÍTULO 3

El abismo del ángel 




Un rastro de virutas parpadeó en el aire y quedaron dos figuras al esfumarse las trizas: una muchacha y un hombre. Ante ellos se dilataba una inmensa arboleda en la que titilaban mares de hojas encendidas. Escuadrones de luciérnagas repartían a sus plantas gotas de luz amarilla, y en lo alto las estrellas se arremolinaban en caracolas azules. Una pequeña luna buscaba el amparo de otra más grande, ambas tan blancas y graciosas que recordaban a una yegua y su potrillo. 

―Yaso y Nuno ―dijo el mago señalándolas. 

El suelo estaba compuesto de piedrecitas doradas que reflectaban la claridad del bosque. Era noche, mas tan luminosa y plácida que diríase un bello atardecer. Liena recogió un puñado de tierra. 

―¡Parece oro! 

―Quizá lo es. 

―No te burles. 

―No lo hago. 

―¿Esto es Beatricia? 

miércoles, 5 de septiembre de 2018

Beatricia: Capítulo 2 —Una cárcel en ruinas—


A manera de pequeño regalo, iré poco a poco dejando aquí el prefacio y los tres primeros capítulos de Beatricia, con ánimo, no lo niego, de incitarte a proseguir el viaje.



CAPÍTULO 2

Una cárcel en ruinas


Liena deambulaba al azar, maltratando los adoquines con su andar furioso. A medida que la decepción era sustituida por la tristeza, aminoró la marcha. Se dio cuenta de que la gente la miraba al cruzarse con ella. Se secó las lágrimas con un pañuelo de papel y lo arrojó manchado de tizne a la papelera. No lloraba en público desde el día que enterraron a su padre. La misma tarde del funeral, una vez en casa, su madre y ella se enzarzaron en una escandalosa trifulca. Marcela, fuera de sí, la responsabilizó de la muerte de Jesús. “Peleamos por tu culpa”, escupió sin inmutarse. La cruel sentencia se incrustó en su cerebro como el filo de un hacha; el dolor le restaba bríos para rechazarla, y desde entonces asumió su culpa con la forzosa clau- dicación de un reo a perpetuidad. Con el tiempo acabó por repar- tirse la carga del pecado con su madre, concluyendo que tuvieron parte las dos, lo cual no evitó que desarrollase una gran aversión hacia su progenitora. Según crecía, identificaba mejor las mani- pulaciones, los lazos con que su madre asfixiaba a sus víctimas. Así que ahora, una vez reunido el valor para liberarse, lo último que haría sería volver con ella. 

martes, 4 de septiembre de 2018

Beatricia: Capítulo 1 —La noche en blanco— Parte 2


A manera de pequeño regalo, iré poco a poco dejando aquí el prefacio y los tres primeros capítulos de Beatricia, con ánimo, no lo niego, de incitarte a proseguir el viaje.



CAPÍTULO 1

La noche en blanco —Parte 2—


La fuente de la puerta de Aguadores estaba iluminada. Desde la esquina del convento de las carmelitas se oían los tamboriles anunciando el performance multitudinario de las 19:00 en la plaza Mayor. El cohete que preludiaba el comienzo del acto sorprendió a Liena en el callejón de Santa María, a espaldas de la capilla del Oidor, desde donde alcanzaba a ver la plaza. Todo quedó en silencio; solo las cigüeñas en lo alto de las espadañas se negaban a callar. Como todos los demás, la joven se quedó inmóvil: la mano izquierda en el bolsillo de la cazadora, la derecha suspendida en el aire, alzada levemente la barbilla, el semblante serio, la mirada estática y perdida entre la muchedumbre. Una perfecta efigie polícroma en el balanceo de un paso. 

lunes, 3 de septiembre de 2018

Beatricia: Capítulo 1 —La noche en blanco— Parte 1

A manera de pequeño regalo, iré poco a poco dejando aquí el prefacio y los tres primeros capítulos de Beatricia, con ánimo, no lo niego, de incitarte a proseguir el viaje.




CAPÍTULO 1

La noche en blanco —Parte 1—



Diario de Alcalá, 14 de junio de 2012


La policía busca intensivamente a una joven desaparecida en el municipio madrileño de alcalá de Henares. La muchacha falta de su domicilio desde el pasado sábado, celebración de la última Noche en Blanco en esta localidad. El Cuerpo Nacional de Policía tiene activado desde el lunes un dispositivo de búsqueda en el entorno del río Henares a su paso por la ciudad complutense, y está rastreando pistas que conduzcan al hallazgo de Liena Toledo Martínez, de dieciséisaños y vecina de este municipio. La operación ha concluido a las 17:00 horas de ayer sin resultados positivos. Se han abierto nuevas líneas de investigación, y está previsto reanudar la búsqueda mañana viernes.

miércoles, 29 de agosto de 2018

Beatricia: Prefacio (Bowie)


A manera de pequeño regalo, iré poco a poco dejando aquí el prefacio y los tres primeros capítulos de Beatricia, con ánimo, no lo niego, de incitarte a proseguir el viaje.



PREFACIO 

BOWIE


Anoche me acosté con el firme propósito de reanudar hoy la corrección de Beatricia, latido inquieto de mi conciencia desde medio año atrás. Seis meses de hospitales y noticias regulares. Aspiro a una mejoría que llega demasiado lenta, dudosa a veces. Ya vuelco la mano derecha en el teclado, no sin que mis tendones protesten; pero he dicho que de hoy no pasa.

Me despierta de un tajo la muerte de Bowie, tiene que ser una broma infame. En Twitter leo: "Lamento mucho y me entristece decir que es verdad”. Es Duncan, su hijo, el director de la conmovedora y premiada Moon.

viernes, 17 de agosto de 2018

Duermevela



Ilustración: Mel Odom

Roce tan leve que me desvela apenas. De madrugada me encuentro con tu mirada grande arrullando la dulce víspera recién nacida. 

Aún en brazos del sopor alcanza mi mano tu mejilla, la escalo mirando hacia tu frente, buscando el recodo de tus ojos camino de tus labios. 

El sueño me seduce, meloso, tira de mí; no deja que me abandone a tu suerte pero me concede algunos sorbos de ternura y silencios.

Sin poder resistirme atrapo tu mano, la entrelazo con mis visiones para que nos guarde el amor hasta que amanezca, con la interrogante viva. 

¿Qué anhelo brillaba anoche, en qué isla me buscaban tus pupilas, en qué consuelo?
¿Qué, que no llegaste a decirme, y persiguió mis sueños hasta el alba?


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martes, 31 de julio de 2018

Despiadado cincel



Imagen tomada de la Web de Ricardo Naise: De la sombra y el anhelo


Esta cara que no reconozco, que en el espejo me desafía; esa mirada que no parece mía, en tanta amargura congelada.

Este gesto de lágrimas vencido, que esculpió día tras día la inocencia y la dejó inconclusa; trastocada, malherida.

Este rictus de melancolía, gota en la caliza horadando risas, atravesando huesos y membranas para quedarse al fin estancado en la otra orilla, formando excrecencias puntiagudas.

Este rostro que me define y aniquila, que me traiciona y sentencia, que ya no escucha a mi alma cuando canta.

Esta caricatura que me retrata injustamente, que se niega ingrata a desdibujar las huellas de mi cansancio acumulado.

Este semblante maldito que irrumpió en la calma, sin ser bienvenido, para quedarse hasta el final, como testigo inmutable del prolongado grito.


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viernes, 27 de julio de 2018

Al acecho



Ilustración: Ofra Amit

Este dolor constante que arrastro,
 que me arrastra, que empujo, que me lleva,
que atrinchera todas las horas en sus ventanas y cornisas.

Este dolor eterno que me observa,
que me llama, que derrocha mis vigilias tercas
en sordas templanzas de vieja cínica.

Este dolor afilado que me asalta, 
que me desnuda, que se agarra al hueso de la memoria,
que no cede a mi desesperanza ni a sus premisas.

Este vivir al peso de tanto lastre, 
de suelta grava que susurra, que atormenta, que ahoga el júbilo incipiente
en sus mareas negras. Y que nunca olvida.



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jueves, 26 de julio de 2018

Vacaciones en el jardín




Como tantas noches de verano, desgasto la tumbona en alguna parte del jardín, bebiendo a sorbos la última tisana del día, que sabe a regaliz. La cigarra que se instaló esta tarde en una rama del cedro, atronando el patio, se ha mudado a un jardín vecino, y ahora su carraquilla parece dulce y melódica. 

Ya no hay gorjeos de pájaros, ni zumbidos de abejas. Los pocos ruidos mecánicos que por el día perturban la cadena apacible de las horas, de noche callan como gatos al acecho. Silencio oscuro de amarillentos halos flotando entre las macetas, el oasis levantando misterios parcialmente revelados. El jardín nocturno que nunca duerme espera a sus noctámbulos moradores. Los caracoles aprovechan para salir a comer. A veces hay que llevarlos al campo para dar un respiro a las plantas. 

El jardín es el alma de la casa. Lo he visto crecer, transformarse, amoldarse a nuestra imaginación. Poco a poco se ha provisto de rincones sencillos y acogedores, que para nosotros están llenos de encanto, donde antes solo había maleza y caos. Con todo no ha perdido su corazón salvaje. No es un jardín ostentoso, ni elegante; ni siquiera puede decirse que sea un dechado de armonía. Hay en él mucho elemento reciclado, disparejo, incluso hay alguno fuera de contexto. Carece por completo de un cuidado diseño previo.

martes, 10 de julio de 2018

Persecución





Los tacones rasgando la acera en el silencio poco transitado de la callejuela. Lleva tiempo caminando a solas, y desde hace un rato escucha otras pisadas a su espalda. Le extraña que lleven siempre  la misma distancia, sin acercarse más... ni alejarse. Ninguna persona camina al mismo ritmo que otra, a no ser que sea deliberado. Se volvería a mirar, pero si lo hace, delatará su inquietud. Si quien avanza tras ella es alguien inofensivo, se burlará de sus temores; y si por el contrario hay motivo para desconfiar, un gesto tan evidente precipitaría los acontecimientos. Ha detectado en el otro una leve cojera.
Es mejor actuar con cautela, asegurarse. Debe ralentizar el paso, o apresurarlo. Sí, mejor eso. ¿Y cambiar de margen? No. No tiene sentido: el otro lado carece de acera y el sol pica como un escorpión. Sería un acto explícito, tanto como volverse a mirar.
Acelera el paso, y escucha las otras pisadas, siempre guardando idéntica distancia. Calcula que les separan unos quince pasos. Ha imaginado a un hombre de rostro siniestro. ¿Sería distinto si la siguiera una mujer? No debía confiarse en ningún caso.
La calle le parece infinita. La vía se abre a un descampado que separa la ciudad vieja de la nueva. Salpican ese extenso tramo, como amantes dispersos, algunos árboles renegridos, la caseta abandonada de una obra y el cementerio. Nota la lengua áspera y el ajustado vestido de fina tela se le adhiere a los muslos sudorosos.
Un hombre alto, vestido con camiseta sin mangas y bermudas vaqueras se acerca de frente. Ella libera un suspiro silencioso, y cuando el hombre de las bermudas pasa por su lado, finge  tener arenilla en el zapato. Se descalza y lo golpea ligeramente para vaciarlo. Ahora quien la sigue no tendrá más remedio que seguir avanzando y ella podrá mirar sin levantar sospechas. Pero siente un escalofrío cuando los pasos se atrás también se detienen.
El hombre de las bermudas, creyendo que es él quien interrumpe el paso al extraño, se lo cede con una sonrisa. El supuesto perseguidor no tiene más remedio que adelantarse y eso da ocasión a su supuesta perseguida para observar con disimulo el rostro velado por unas gafas oscuras y una lacia melena. Resulta difícil definir su sexo. Sus andares denotan cierta feminidad, en tanto que las hechuras parecen las de un hombre más bien escuálido. A medida que lo ve alejarse se tranquiliza. Se sonríe incluso, burlándose de sus propias paranoias. 
Deja que se aleje más, por precaución, pese a que ya se siente más tranquila. Suena el celular: un mensaje irrelevante de alguien que pretende venderle algo con machacona insistencia. Lo guarda sin responder y avanza despreocupada, una vez desaparecida la amenaza. Tiene la boca reseca, y se resuelve a tomar una cerveza helada en el primer bar. 
Deja atrás la necrópolis y su coro de chicharras. Entonces vuelve a escuchar los pasos a su espalda y a la misma distancia que antes. Y esa cojera…
No puede más; se detiene y da media vuelta. Se queda mirando aquel rostro de cuencas vacías, como si alguien sujetara los hilos de su cuerpo ya para entonces desmadejado y presa del pánico. El hombre —o la mujer— sin ojos pronuncia su nombre. La agarra del brazo y la conduce de regreso al cementerio.

Una luz brillante los envuelve al atravesar la verja, y ella comprende al fin. Ya es tarde para llorar por la vida  malgastada. 

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martes, 5 de junio de 2018

Gratuidad y gratitud


Pintura de HERMANN SEEGER


Gratuidad no es lo mismo que gratitud; ni siquiera suelen darse juntas y las más de las veces de la primera no se deriva la segunda, para aflicción nuestra. 

Tengo una prima nacida poco antes que yo, Ángela, a la que considero referente en muchos aspectos. Ella me recuerda muchas veces que las mejores cosas de la vida son gratis. Cuando pienso en que algún día, llegada mi hora, lo perderé todo, estoy en mejores condiciones de apreciar la razón que tiene. No hay despertador más efectivo que la consciencia del final, ni ventana más clara para mirar el mundo con otros ojos y darse cuenta de su gratuidad. 

domingo, 20 de mayo de 2018

Página en blanco



La sequedad literaria, como la mística, tortura a veces como la sed en un desierto limpio de voces. Es un vacío al que nada interesa ni motiva, un emisario que no encuentra rutas para expresar lo que murmura el alma. 

No hay más remedio que lanzar la pluma solitaria a desgarrar la piel de la blanca página, celosa de su pureza. Hay que pedirle al bolígrafo que dibuje trazos alocados, que no se detenga aunque no sepa lo que le lleva ni adónde va. 

viernes, 11 de mayo de 2018

Unos minutos de calma


Foto: Mariaje López


Me gusta reservar, si puedo, unos minutos durante el día para cerrar los ojos, concentrarme en mi respiración, y dejar que mi mente se relaje libre. Tanto si dejo de hacerlo por un tiempo, como si persevero, en ambos casos los resultados se aprecian, y he notado que esta práctica favorece la creatividad. 

jueves, 26 de abril de 2018

Blueberry: el mejor western de la historia del cómic.




Cuando Moebius todavía firmaba con su nombre, Jean Giraud, o Gir, fue llamado por su compatriota, el guionista Jean-Michel Charlier para ilustrar su nuevo proyecto para la revista Pilote. Así fue como juntos iniciaron una serie de leyenda: El Teniente Blueberry

"Con esta serie —dijo Moebius— aprendí los mecanismos de la narración del cómic tradicional,". Y tanto que los aprendió, para luego, innovarlos y cambiarlos para siempre. Después de Blueberry todo fue distinto. Además en cada volumen hay una progresión en el dibujo, siempre a mejor. El formato de la viñeta se combinará de forma atrevida, y el artista nos dejará boquiabiertos al coger la plumilla. Por otra parte el argumento nada tiene que envidiar al de las mejores películas del género. 

lunes, 23 de abril de 2018

Llegar a casa



La casa espera tu llegada, y se conmueve de forma imperceptible cuando la llave gira en la cerradura. Agitaría la cola si la tuviera, como un perrillo, igual de feliz por tu regreso. ¿Nunca lo has pensado?

Ya te haya esperado años, meses, semanas, o solo un día; estuvo callada pendiente de tu regreso, triste, en penumbra. Apagada pero no muerta: ella guarda celosamente tus recuerdos. La vida que apuráis juntos cada día.

Tú respiras su abrazo y ella respira tu esencia, para impregnarse hasta el último resquicio, para que la reconozcas como una parte de ti. Ansía tu cuidado, que ilumines sus rincones, que perfumes sus estancias, que la llenes de luz. Y si es preciso llorará contigo, se tornará lenta y pesada para acompañar tus sombras, te susurrará para consolarte y te animará a abrir las ventanas para que entre la luz. Quiere que tu voz resuene feliz entre sus paredes, que tus miradas la acaricien. Está sedienta de tu amor tanto como necesita dártelo. 

martes, 10 de abril de 2018

Antes que Walt Disney fue Lotte Reiniger





Quiero hablarte hoy de alguien a quien tal vez conozcas: Lotte Reiniger. Yo no sabía nada de ella, y la conocí por casualidad, buscando otra cosa. Tal vez siendo muy niña visioné alguna de sus películas, en esos cines itinerantes de verano que recorrían los barrios. Llevábamos nuestras sillas y pagábamos unas monedas. El caso es que al descubrir esas viejas películas de siluetas me sentí de inmediato conectada con una parte de mi infancia que siempre me gusta recordar. 

domingo, 1 de abril de 2018

Karel Zeman: retrofuturismo que se adelantó al Steampunk




Si me dan a elegir entre el gigante Netflix y el a su lado modesto Filmin, me quedo con el segundo sin dudarlo. Verás; aprecio la diferencia entre un enfoque meramente comercial (caso Netflix) y un cuidado que sin perder de vista su finalidad mercantil, incluye en su propuesta el amor por el cine (caso Filmin), y la inclinación hacia uno u otro aspecto es muy perceptible en ambas plataformas. Pues bien, en Filmin descubro a menudo joyas ocultas del séptimo arte. Ocultas para mí, claro, hasta que investigo y aprendo que gozan de una gran reputación entre los estudiosos. Y es el caso de la película de la que quiero hablarte hoy. 

domingo, 18 de marzo de 2018

Si lloré no fue por Karen Blixen






Si lloré cuando vi por primera vez Memorias de África, no fue por Karen Blixen; fue por mí. Aunque estaba casada, o quizá por eso, me sentía profundamente sola. El hombre que era mi marido fue el equivocado, y nada tenía que ver conmigo, por más que fingiera lo contrario durante el noviazgo. Fue una más de esas personas empeñadas en borrar de mí lo genuino, en extirpar cualquier raro destello que se atreviera a desafiar su pretendida superioridad. Durante mucho tiempo permití que se me aislara de cualquier apoyo, que se me mantuviera lejos de todo espejo capaz de devolverme una imagen certera de mi verdadero ser. Llegó el tiempo en que no sabía ya quién era. 

domingo, 11 de marzo de 2018

Quiero


Pintura de Alexander Mark Rossi


Quiero gozar de las mañanas cuanto pueda, y desmenuzar las tardes hasta que se agote el día; para que su luz me alumbre y su calor abrigue la horas en la noche, para que no sueñe vacía y sola la añoranza, para que la vida perdure más allá del recuerdo. 

Quiero beberme la belleza, y sentarme a la mesa del conocimiento, para envejecer serena y con la pasión intacta. 

Quiero la eternidad del instante y ser un todo con ella; para llegar al final ligera, en paz, con la mirada abierta y la íntima certidumbre de haber vivido. 

Mariaje López

lunes, 5 de marzo de 2018

Cuando me lees con los oídos


Hace algunos días me notificaron que Beatricia ya forma parte de los archivos sonoros de la O.N.C.E. (Organización Nacional de Ciegos de España). Me ilusiona mucho, muchísimo, que las personas con problemas severos de visión puedan transitar desde ahora La Tierra de las Dos Lunas. 

miércoles, 21 de febrero de 2018

No vale la pena.



Foto: Mariaje López





















No vale la pena querer abrir caminos
de lágrimas en un desierto de sal.
Ni bracear exhausta en los vertederos,
ni agonizar bailando en el infierno.

miércoles, 14 de febrero de 2018

Si todo fuera valle


Pintura de Robert Volcker

En la amplitud del valle mi corazón se ensancha, vuela, se esclarece. Galopa el aire sobre el paisaje, por la vereda huidiza de un cielo inquieto. En la marea de tus ojos verdes me detengo.

Si fuera la vida siempre este valle, si fuera todo mirar, y mirarte... confundir tus ojos con las praderas tiernas, mezclarte con el rojo vivo y el azul ingrávido, enredarte en el blanco sediento de mi falda.

¡Si todo fuera valle, verdor y besos!


Mariaje López © Tu  escritora personal por Mariaje  López se encuentra bajo una Licencia  Creative Commons Atribución-NoComercial.